Hiperplasia prostática
Actualizado: 1 sept 2022


La hiperplasia prostática benigna involucra el crecimiento prostático en un punto donde el flujo urinario es obstruído. Comúnmente son síntomas de almacenamiento: frecuencia, urgencia y nicturia, y síntomas de vaciamiento: chorro delgado, chorro intermitente y vaciamiento incompleto.

Epidemiología
En México la hiperplasia prostática benigna (HPB) es el tumor benigno más frecuente en los varones de 50 años.
Aproximadamente el 61% de la población en México la padece a partir de los 55 años; el 25% sufre síntomas obstructivos y a los 75 años el 50% refiere disminución de la fuerza y el calibre del chorro urinario.
Factores de riesgo
Los principales factores de riesgo para presentar esta enfermedad son los siguientes:
Genética.
Hormonas esteroideas sexuales.
Factores de estilo de vida.
La inflamación. Prostatitis secundaria a un crecimiento de la hiperplasia prostática.
Cuadro Clínico y sintomatología.
Los síntomas se dividen en 3: almacenamiento, vaciamiento y post miccionales.

Síntomas de almacenamiento:
Se pueden agrupar en el síndrome de hiperactividad vesical, que se caracteriza por urgencia miccional, el incremento en la frecuencia, nocturia, e incontinencia urinaria.
Síntomas de vaciamiento:
Disminución del flujo de orina, orina intermitente, esfuerzo miccional, goteo terminal, flujo de orina dividido, y tenesmo vesical (sensación persistente de ganas de orinar tras haber finalizado)
Síntomas postmiccionales:
Son el goteo postmiccional y sensación de vaciado incompleto, estos se presentan más frecuentemente en hombres y son problemáticos, lo que interfiere de manera importante en la calidad de vida.
Diagnóstico y tratamiento:
El diagnóstico se realiza con algunos estudios donde el médico de cabecera orientará para tener el seguimiento de esta patología y continuar con el tratamiento del paciente.


El primer tratamiento farmacológico es el que se realiza con inhibidores de la 5 alfa reductasa y debe ser considerado en hombres con síntomas o molestias moderadas a severas y con un crecimiento prostático > 40 ml y una concentración elevada de antígeno prostático específico (>1.4 – 1.6 ng/ml).
En algunas ocasiones se puede requerir un tratamiento quirúrgico, como lo es la resección transuretral de próstata (RTUP).
La RTUP provee índices de mejoría subjetiva y objetiva superior al tratamiento médico o tratamientos mínimamente invasivos.

El procedimiento se realiza en el quirófano bajo anestesia general o sedación del paciente, se introduce una cánula y una lente de visualización a través de la uretra y por esta vía se hace la resección del tejido prostático, se administran analgésicos y antibióticos vía intravenosa, en alguna ocasiones se deja una sonda en la vía urinaria.